viernes, 12 de marzo de 2010

Publicaciones académicas y atención


Leyendo estaba a Rohan Amanda Maitzen, "Academic Publishing Again (or, Still)" en The Valve. Se desalienta de lo poco que nos leemos los académicos unos a otros, de la poca conversación que hay alrededor de las publicaciones, y del poco impacto que ha tenido la Promesa del Blogueo Académico, como si se le hubiese ido el gas después de las esperanzas de hace seis u ocho años. Y pregunta quién va a seleccionar lo que valga la pena leer cuando desaparezcan las revistas de papel, que van a desaparecer.

Pues bien, a mí me parece claro que seguirá habiendo revistas destacadas, y libros destacados. Cada vez más destacados, de hecho, y ganará todavía más importancia el reconocimiento de otros expertos, en forma de peer reviewing, de reseñas, de citas o en otras formas (enlaces, visitas, googles, etc.). En suma, yo creo que la atención, en la academia o en cualquier otro sitio, seguirá cuidando de sí misma. Decía Foucault que el discurso académico se basa en la rarefacción, en limitar el uso de la palabra, y en darles privilegios especiales a algunos hablantes. Hacer grandes reverencias alrededor de lo que dicen, o presentarlos con bombo y platillo, o enmarcar su discurso con oropeles y cortinajes. Seguirá habiendo rarefacción, a pesar de la abundancia y explosión de publicaciones. Decía otro, Horace Walpole, que there's always room at the top. Y estoy de acuerdo, con una matización: siempre hay sitio en la cima, pero siempre hay poquito. Y además normalmente te dejan estar poco rato en la cúspide picuda, si tienes la suerte de llegar allí.

Con tanta publicación académica, seguirá habiéndolas que destaquen y que sean centros de atención. La larga cola de ellas tendrán tiradas quizá de 400 ejemplares, pero lecturas de 40 y me quedo largo. Eso las que lleguen al nivel de libro. Sin embargo, unas poquitas serán leídas por cuatrocientos especialistas. Y unas poquísimas serán leídas por muchos más—si la lógica de la larga cola no nos engaña. Por ejemplo, yo destacaría a Brian Boyd con On the Origin of Stories—para empezar, ya tiene una reseña en The Evolutionary Review, y otra en The Literary Theory Journal, no es mal arranque. Y también en The Valve, por cierto. Que hablen, aunque sea mal. La cabeza se sitúa en cabeza, y The Big Babble of the World la empuja a ser más y más leída y atendida. (Boyd también teoriza sobre la atención, por cierto, aunque en una línea muy distinta).

Y también los sitios web cuidarán de su propia atención y reputación. The Valve no anda mal servida, con artículos constantemente interesantes, muchos comentarios, etc. Y aquí en On the Human he estado leyendo un interesante artículo evolucionista sobre el origen del lenguaje y la cognición humana, de Terrence Deacon, "Rethinking the Natural Selection of Human Language", con interesantísimas contribuciones de Derek Bickerton, Mark Turner, Talmy Givón, Slawomir Wacewicz, Susan Savage-Rumbaugh, Ajit Varki, y otras gentes de primera línea. Este tipo de formato sí promete haber llegado para quedarse, y para desarrollarse: combina de modo útil y flexible el lenguaje académico y el coloquial, y es pensamiento en vivo y en directo, interacción potenciada de las ideas. Vamos, que lo recomiendo, y lo practico en la medida en que pueda yo. Y con enlaces como este, y con Google, se va gestionando la atención. Yo no me quejo. Suscito una atención rarita y errática, pero suficiente para mis necesidades. En el SSRN ando cerca del puesto 7000 entre sus 134.000 autores, con varias publicaciones entre los top ten de mi área en concreto. Cosa que no está mal, aunque lo de estar el número siete mil de algo sólo nos enorgullece a los ególatras modestos. Y aunque tengo pocos comentarios en el blog, sí me va llegando alguna respuesta ocasional al correo. Para más suerte, tengo buena sinergia con los buscadores, que me localizan en primera página constantemente para muchas búsquedas, ya sea por la bibliografía, por el blog, o por alguno de mis artículos más academicoides.
Y por otra parte, una cosa segura sí que hay—esto que he escrito lo ha escrito un académico, y sin embargo lo está leyendo alguien.



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